dijous, 22 de desembre del 2011

Digresión "nocturna": Antonioni, Moravia e intertextualidad.

Es curioso que mi descubrimiento de Michelangelo Antonioni y de Alberto Moravia se haya producido con una diferencia escasa de seis meses. Mi encuentro con ambos fue fortuito. Compré L'Eclisse y La Notte a precio de saldo por intuición, y por un vago recuerdo de una sesión a la que asistí (hace ya más de una década) donde la ponente habló de Il Deserto Rosso con un entusiasmo que, obviamente, me caló. A La Romana de Moravia la encontré por casualidad en el Mercat de Llibres de Sant Antoni, una bendición para los lectores empedernidos como yo, y todo un ritual de placer dominguero para quien ama los libros.

La cuestión es que ahora me puedo declarar ya admiradora incondicional tanto del director como del escritor. Me fascina que tanto las películas de Antonioni, como las novelas de Moravia, parezcan ser tratados de existencialismo dotados de elementos narrativos que encandilan al espectador/lector sin dejar de infundirle el sufrimiento que todo pensamiento profundo sobre la existencia conlleva. El placer que ambos autores producen es, para mí, agridulce y adictivo.

En estos momentos, estoy leyendo El tedio y, quizás por eso, me interesó mucho leer en el espléndido libro sobre Michelangelo Antonioni que firma Domènec Font, el siguiente comentario sobre la que es, a todas luces, mi película favorita del director, La Notte:

"[...] Alberto Moravia elogiaba La notte, un film en el que muchos vieron la huella de su novela El tedio en su intento de reflejar las angustias de la burguesía moderna, por haber hecho aparecer en la pantalla procedimientos e imágenes propios de la poesía y la novela modernas. Moravia hace hincapié en el momento en que Lidia se detiene ante un muro y arranca un trozo de yeso con la mano como el punto culminante del film, 'porque el personaje es entonces oprimido por una angustia sin nombre y sin forma y Antonioni ha sabido encontrar para expresarla una imagen perfecta (...) La jornada de un ser humano es casi siempre un oscuro caos de donde emergen raros momentos de acción consciente y motivada. Pasamos la mayor parte del tiempo arrancando pedazos de yeso de las paredes, es decir, contemplando la realidad sin penetrar en ella ni comprenderla...'."

Os invito a que veáis la escena precisa en que Jeanne Moreau araña la superfície de la vida:



También os invito, como no, a ver el tráiler de esta estupenda película:


Y, ¿qué mejor manera de cerrar esta entrada que esta imagen de Michelangelo Antonioni, Monica Vitti y Alberto Moravia?:

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