dijous, 29 de desembre del 2011

CLIP: Monica Vitti y Alain Delon en L'ECLISSE (Dir. Michelangelo Antonioni, 1962)

¡Ya queda nada para abandonar 2011 e iniciar 2012! Por eso, os invito hoy a ver un clip de L'Eclisse que, de hecho, contiene mi escena favorita de la película. 

En este film de Antonioni, Vittoria (Monica Vitti) y Piero (Alain Delon) están empezando a vivir un romance, más motivado en el caso de ella por la desidia existencial que la invade al habitar un mundo, el contemporáneo, que se le antoja alienante, frío y materialista, que por los posibles sentimientos que pueda albergar por Piero, un agente de bolsa atractivo físicamente pero carente de la vida espiritual e intelectual que Vittoria anhela compartir. 

En la escena que me fascina, Piero le dice a Vittoria que cuando hayan terminado de cruzar la calle, ancha y desierta, le dará un beso. Son unas imágenes que me vienen muchas veces a la memoria porque las encuentro extremadamente seductoras: el tempo lento con el que cruzan la calle, la parada a medio camino en la que Vittoria dice, "ya hemos llegado a la mitad", la llegada a la otra acera y, aún, la postergación del placer hasta que, finalmente... se dan un beso suave, somero, con el que prácticamente sólo se rozan los labios. Es una promesa del placer que ha de venir, un gozar de la espera, un anhelar que se convierte en más placentero que el placer en si mismo. ¡Qué sutileza, quá capacidad de vivir el  instante, de saborearlo, de ralentizar el momento y eternizarlo, y, cómo no, también de mostrar la percepción subjetiva del tiempo a través del lenguaje cinematográfico! 

Este siglo no nos da muchas oportunidades de observar el paso del tiempo, de postergar el placer, de disfrutar de la espera. Sin embargo, queramos o no, debemos esperar a la medianoche del día 31 de diciembre para poder iniciar el 2012, que anhelamos sea un año feliz, lleno de placeres postergados que estén por descubrirse con el inexhorable paso del tiempo. He aquí pues el fragmento de L'Eclisse que os propongo hoy como metáfora para transmitiros mis mejores deseos para el nuevo año. ¡Sed muy felices en 2012!


dimarts, 27 de desembre del 2011

Digresión auto-reflexiva: Monica y el paso del tiempo.

Se acerca fin de año y, como siempre por estas fechas, me da por pensar en el paso del tiempo, un tema que suscita en mi interior pensamientos y sentimientos contradictorios y hasta diría que paradójicos. Quizás sea éste uno de los motivos que hacen que me fascine observar cómo la edad cambia a la gente, tanto interna como externamente. 

Como el caso que me ocupa principalmente en este blog es el de Monica Vitti, hoy os adjunto una serie de fotografías en las que podemos verla en diferentes etapas de su vida, desde la juventud hasta la vejez. Observo las fotos y pienso en si será verdad que siempre hay una parte de nosotros que permanece intacta, a pesar del paso del tiempo. No puedo saber cuál es el caso de Monica porque, en primer lugar, no la conozco y, en segundo lugar, aunque la conociera, si algo me ha enseñado el transcurrir de los años es que es difícil, por no decir imposible, conocer la interioridad de las personas.

Sin embargo, lo que sí puedo observar es la belleza perenne de Monica, una belleza que brota claramente de un factor incorpóreo, quizás de su personalidad, y que, por ello, aflora en sus fotografías, tanto en la veintena como a los setenta años. Soy consciente de que esta percepción es completamente subjetiva pero mirando estas fotos me viene a la mente un pensamiento que también tiene que ver con el tiempo y que es poco habitual en mí: tal vez vivir en esta época sea una suerte o, incluso, un privilegio. Al fin y al cabo, podemos decir que somos coetáneos de Monica Vitti.  
























dilluns, 26 de desembre del 2011

BIOGRAFIA: Monica y el amor (I). Roberto Russo.

Me perdonaréis si, volviendo de estas minivacaciones navideñas, reemprendo este blog con una entrada “rosa” propia de “Sálvame Deluxe”, pero hace tiempo que siento la necesidad de reparar una injusticia que advierto en la prensa y en algunas páginas webs de admiradores de Monica Vitti. Bien, a mí no me parece de recibo (quizás discrepéis) que siempre se ensalce la relación de Monica con Michelangelo Antonioni, que duró diez años, y apenas se mencione su relación con Roberto Russo, a quien lleva unida sentimentalmente unos cuarenta años, aproximandamente.

Sí, entiendo que el tándem Vitti-Antonioni tiene más “glamour” por aquello de la mitificación de la creación artística, porque se asocia su unión a la tetralogía sobre la “incomunicabilidad” (L'Avventura, La Notte, L'Eclisse e Il Deserto Rosso), a la performatividad de los roles “artista-musa” (que yo creo que son muy discutibles en este caso pero... me reservo este tema para otra futura entrada de este blog); en fin, comprendo la fascinación por esa relación entre dos artistas carismáticos.

No obstante, llamadme chapada a la antigua, llamadme romántica, llamadme lo que queráis, vaya..., yo creo que el hombre de su vida es Roberto Russo.  Parafraseando las palabras de Alberto Moravia en El tedio, sé que es imposible juzgar los amores ajenos, y creedme cuando os digo que no lo pretendo. Pero sí que me apetece contar hoy que Roberto Russo, fotógrafo de escena 16 años más joven que Monica Vitti, ha estado a su lado ininterrumpidamente desde principios de los años '70, concretamente empezaron su relación cuando él contaba tan sólo con 26 años y ella tenía 42. Y también quiero resaltar que, según fuentes periodísticas, se tuvieron que enfrentar al rechazo de una sociedad patriarcal, e incluso diría misógina, que no entendía que una mujer "mayor" mantuviera una relación amorosa estable con un hombre más joven. (Por supuesto, nadie comentó nada cuando Antonioni  se vinculó sentimentalmente a Monica, que, dicho sea de paso, era catorce años más joven que él). Y, por último, quiero dejar constancia en este blog de que, según fuentes cercanas a la pareja, Roberto lleva cuidando de Monica, enferma de Alzheimer, más de diez años. Y yo sólo puedo decir: ¡Bravo, Roberto!

Por supuesto,  el tiempo que dura una relación no es necesariamente equiparable a su intensidad, pero yo sigo creyendo en la belleza de un amor que supera toda clase de trabas, entre ellas el paso del tiempo y la decadencia que, por desgracia, éste nos inflige a los seres humanos. Como bien escribió Virginia Woolf en su última carta a su marido Leonard: “Querido Leonard, siempre quedarán los años que hemos compartido, siempre quedará el amor, las horas.”

Como último apunte, os dejo las palabras de Monica sobre Roberto:

“Con Roberto somos amigos, hermanos, amantes, compañeros de juegos, antagonistas… Roberto es discreto, inteligente y sutil, una mirada o un gesto mío bastan para que sepa lo que pienso.”

Os adjunto unas fotografías de Roberto y Monica que abarcan desde los años ’70 hasta el 2000, último año en el que Monica se mostró en público. (Después decidiría retirarse de la esfera pública y vivir el desarrollo de su enfermedad en la más estricta intimidad, deseo que Roberto ha secundado plenamente renunciando asimismo a asistir a cualquier acto oficial, como, por ejemplo, al homenaje que se le hizo a su mujer con motivo de su 80 cumpleaños el pasado 3 de Noviembre en el Festival de Cine de Roma.) La última imagen que veréis es del día de su boda, cuando llevaban ya 27 años de convivencia. ¡Qué monos!





divendres, 23 de desembre del 2011

CLIP: Monica Vitti "se desmadra"

Hoy os adjunto un video que nos hará reir, y quizás también alucinar un poco (al menos, yo aluciné bastante cuando lo vi, la verdad, pero es que por aquel entonces desconocía la faceta cómica de nuestra Monica...). Es mi regalo de Navidad para vosotros, lectores de este blog. Dado que estas fiestas pueden ser muy bonitas pero también pueden tener un punto melancólico, he pensado que darle un tono jocoso a la entrada de hoy no estaría de más... Felices Fiestas!


dijous, 22 de desembre del 2011

Digresión "nocturna": Antonioni, Moravia e intertextualidad.

Es curioso que mi descubrimiento de Michelangelo Antonioni y de Alberto Moravia se haya producido con una diferencia escasa de seis meses. Mi encuentro con ambos fue fortuito. Compré L'Eclisse y La Notte a precio de saldo por intuición, y por un vago recuerdo de una sesión a la que asistí (hace ya más de una década) donde la ponente habló de Il Deserto Rosso con un entusiasmo que, obviamente, me caló. A La Romana de Moravia la encontré por casualidad en el Mercat de Llibres de Sant Antoni, una bendición para los lectores empedernidos como yo, y todo un ritual de placer dominguero para quien ama los libros.

La cuestión es que ahora me puedo declarar ya admiradora incondicional tanto del director como del escritor. Me fascina que tanto las películas de Antonioni, como las novelas de Moravia, parezcan ser tratados de existencialismo dotados de elementos narrativos que encandilan al espectador/lector sin dejar de infundirle el sufrimiento que todo pensamiento profundo sobre la existencia conlleva. El placer que ambos autores producen es, para mí, agridulce y adictivo.

En estos momentos, estoy leyendo El tedio y, quizás por eso, me interesó mucho leer en el espléndido libro sobre Michelangelo Antonioni que firma Domènec Font, el siguiente comentario sobre la que es, a todas luces, mi película favorita del director, La Notte:

"[...] Alberto Moravia elogiaba La notte, un film en el que muchos vieron la huella de su novela El tedio en su intento de reflejar las angustias de la burguesía moderna, por haber hecho aparecer en la pantalla procedimientos e imágenes propios de la poesía y la novela modernas. Moravia hace hincapié en el momento en que Lidia se detiene ante un muro y arranca un trozo de yeso con la mano como el punto culminante del film, 'porque el personaje es entonces oprimido por una angustia sin nombre y sin forma y Antonioni ha sabido encontrar para expresarla una imagen perfecta (...) La jornada de un ser humano es casi siempre un oscuro caos de donde emergen raros momentos de acción consciente y motivada. Pasamos la mayor parte del tiempo arrancando pedazos de yeso de las paredes, es decir, contemplando la realidad sin penetrar en ella ni comprenderla...'."

Os invito a que veáis la escena precisa en que Jeanne Moreau araña la superfície de la vida:



También os invito, como no, a ver el tráiler de esta estupenda película:


Y, ¿qué mejor manera de cerrar esta entrada que esta imagen de Michelangelo Antonioni, Monica Vitti y Alberto Moravia?:

dimecres, 21 de desembre del 2011

CURIOSIDAD: Monica Vitti y la lectura

A Monica Vitti le gustaba mucho leer y, no me importa decirlo, eso hace que la sienta más próxima, si cabe. Saber que pertenece a la pequeña gran comunidad de personas que disfrutamos con la lectura me hace feliz. Laura Delli Colli se refiere en su libro, que mencioné ayer, a la gran cantidad de libros que Monica tiene en su casa. (No le perdono que no le pidiese a Monica que definiera la palabra "libro", ¡por favor!). Debo confesar que soy una cotilla sin remedio respecto a las bibliotecas personales de la gente, y qué decir tiene que he buscado como loca fotos de Monica en su casa donde se atisbaran sus libros. Confieso con tristeza que he fracasado estrepitosamente. Sin embargo, he encontrado esta imagen de Monica en la inauguración de la librería Einaudi en la Via Venetto, en Roma. Imagino que la librería debía tener relación con la famosa editorial del mismo nombre a la que le debemos la publicación de Italo Calvino, Cesare Pavese y tantas otras voces que hacen que nuestra vida sea más interesante, más lúcida y, en una palabra, mejor, como Monica misma.

dimarts, 20 de desembre del 2011

CITA: Monica Vitti define la palabra "yo"

En su libro sobre la carrera cinematográfica de Monica Vitti publicado en 1987, Laura Delli Colli, que, por cierto, es la biógrafa oficial de Monica y está escribiendo su biografía definitiva en estos momentos, tuvo la genialidad de hacerle definir a la actriz diferentes términos. Hoy propongo que pensemos sobre la definición que Monica hizo del vocablo "yo":

YO: "Actúo para él. Para hacer que se calle."

Me fascina esta definición del "yo" que hace Monica: nos muestra la propia identidad como una faceta que debe ser ocultada, la interpretación como un medio para esconder la personalidad. Pero, paradójicamente, ¿no se nos muestra Monica a través de sus actuaciones? ¿Qué hay de la gran carga biográfica de muchas de sus películas? Y, el ser actriz, el mostrarnos perpetuos espejismos de Monica Vitti, ¿no es en si mismo un juego que se basa en mostrarnos su "yo", en hacernos pensar en los múltiples reflejos de Monica que nos ha dejado en sus películas?

Cierro esta entrada, pues, con una imagen de Monica y su reflejo, la única faceta de ella misma a la que, según interpreto sus propias palabras, tenemos acceso. Pero, me pregunto, ¿su definición de "yo" no será, en última instancia, otro espejismo?

dilluns, 19 de desembre del 2011

CINE FORUM: El fantasma de la libertad (Dir. Luis Buñuel, 1974)

EL FANTASMA DE LA LIBERTAD, penúltima película que rodó Luis Buñuel, toma su título de la frase que escribió Karl Marx al principio del _Manifiesto Comunista_, donde se refería al comunismo como "ese espectro que recorre Europa". Buñuel mismo comentó sobre el film:

"El azar todo lo gobierna; la necesidad, que lejos está de tener la misma pureza, sólo viene más tarde. Si tengo debilidad por alguna de mis películas, sería por _El fantasma de la libertad_, porque intenta tratar sólo este tema."

En su maravilloso libro _Monica Vitti_ publicado en 2005, Cristina Borsatti explica cómo se produjo la colaboración de Monica Vitti en esta película. Por lo visto, Buñuel llamó a Mónica y le pidió que participase en su film, a lo que Mónica se negó, dado que le daba miedo hacer el viaje en avión desde Roma a París. Tras haberla rodado con dos actrices famosas, y haber deshechado el material filmado, Buñuel insistió: "La necesito a usted, sólo me servirá el modo curioso y erótico que tiene usted de mirar las cosas, de tocarlas." Con su característica ironía, o tal vez modestia, Mónica le contestó que eso era culpa o mérito del estigmatismo que padecía. Sin embargo, la actriz no se pudo resistir a la siguiente invitación de Buñuel, que le dijo textualmente: "Le ruego me consienta poder ponerle la palabra "Fin" a mi película."

Cuando vi la película, hará unas dos semanas, me llamó la atención que el nombre de Monica viniese precedido de la frase "Con la colaboración amistosa de...". Por lo visto, como explica Borsatti, aunque Mónica se hizo de rogar, director y actriz simpatizaron muchísimo.

He aquí el fragmento donde actúa Monica, madre burguesa indignada y a la vez excitada por una serie de imágenes "sugerentes". Cabe preguntarse si la represión no sigue siendo un tema sobre el que reflexionar hoy en día: