dimarts, 27 de desembre del 2011

Digresión auto-reflexiva: Monica y el paso del tiempo.

Se acerca fin de año y, como siempre por estas fechas, me da por pensar en el paso del tiempo, un tema que suscita en mi interior pensamientos y sentimientos contradictorios y hasta diría que paradójicos. Quizás sea éste uno de los motivos que hacen que me fascine observar cómo la edad cambia a la gente, tanto interna como externamente. 

Como el caso que me ocupa principalmente en este blog es el de Monica Vitti, hoy os adjunto una serie de fotografías en las que podemos verla en diferentes etapas de su vida, desde la juventud hasta la vejez. Observo las fotos y pienso en si será verdad que siempre hay una parte de nosotros que permanece intacta, a pesar del paso del tiempo. No puedo saber cuál es el caso de Monica porque, en primer lugar, no la conozco y, en segundo lugar, aunque la conociera, si algo me ha enseñado el transcurrir de los años es que es difícil, por no decir imposible, conocer la interioridad de las personas.

Sin embargo, lo que sí puedo observar es la belleza perenne de Monica, una belleza que brota claramente de un factor incorpóreo, quizás de su personalidad, y que, por ello, aflora en sus fotografías, tanto en la veintena como a los setenta años. Soy consciente de que esta percepción es completamente subjetiva pero mirando estas fotos me viene a la mente un pensamiento que también tiene que ver con el tiempo y que es poco habitual en mí: tal vez vivir en esta época sea una suerte o, incluso, un privilegio. Al fin y al cabo, podemos decir que somos coetáneos de Monica Vitti.  
























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